Mariana Arbeláez 1520172017
Gustavo Restrepo 1620191010
BIOGRAFIA
“Tras cursar Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia, ingresó en el departamento de Metafisica.
En 1979, defiende su tesis doctoral, sobre Dios en la filosofía trascendental kantiana y enseña durante un tiempo en institutos de enseñanza media.
Una beca de investigación le permite frecuentar la Universidad de Munich donde entra en contacto con la teoría crítica, el pragmatismo y la ética marxista y, más en concreto con la filosofía de Jurgen habermas y Karl - otto
Al reintegrarse a la actividad académica en España, orienta definitivamente sus intereses de investigación hacia la ética..
En 1986 obtiene la cátedra de Filosofía Moral, cargo que mantuvo hasta 2017.
Es miembro de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida y Vocal del Comité Asesor de Ética de la Investigación Científica y Tecnológica.”
https://es.wikipedia.org/wiki/Adela_Cortina
RESUMEN
En este primer apartado la autora Adela Cortina ofrece una primera definición sobre qué es la ética y su aplicación a los negocios y empresas. Asimismo, precisa que debido al sistema capitalista se ha hecho importante tener en cuenta el aspecto ético en las relaciones entre organizaciones y empelados y los fines que orientan sus acciones, pues en esta época contemporánea se identifica que impera una sociedad de organizaciones y una racionalidad económica e instrumental, es en este punto donde se hace esencial analizar dichos aspectos a la luz de la ética y la ética aplicada. Sin embargo la autora ofrece una mirada histórica acerca de la evolución del concepto de ética y su sentido en relación con el accionar humano. Igualmente, cortina propone un equilibrio entre la ética y los negocios, puesto que es fundamental que cualquier empresa sea rentable, pero que su accionar y decisiones estén orientadas por criterios éticos, con el fin de lograr satisfacer las necesidades humanas.
Cabe aclarar que Adela Cortina define a la ética como “un tipo de saber de los que pretende orientar al acción humana en un sentido racional: es decir, pretende que obremos racionalmente.” (p. 10). En este sentido, se entiende que la ética es un saber práctico que busca fomentar el obrar racional en los seres humanos y el vivir bien. De este modo, se relaciona con dos aspectos: aprender a tomar decisiones prudentes y aprender a tomar decisiones moralmente justas. Otro elemento relevante que la autora expresa es que en la medida en que tanto las personas como las organizaciones tengan claridad y conciencia sobre los fines que persiguen, elegirán y obraran en relación a ellos, lo cual hace que actúen de manera coherente y ética. Por ende, la ética se considera un saber práctico, preocupado por las acciones y decisiones que asumen tanto los sujetos como las organizaciones.
De la misma manera, es necesario puntualizar que a las organizaciones conviene aplicar la ética, puesto que las empresas tienen metas y fines, los orientan sus acciones y normas, sin embargo, deben ser primeramente de carácter social, dado que toda organización se asume que es creada para proporcionar a la sociedad bienes, los cuales legitiman su existencia en la sociedad.
Finalmente en este capítulo, Cortina, propone un modelo ético para las organizaciones que aborde los siguientes pasos:
- Determinar claramente cuál es el fin específico, el bien interno a la actividad que le corresponde y por el que cobra su legitimidad social.
- Averiguar cuáles son los medios adecuados para producir ese bien y qué valores es preciso incorporar para alcanzarlo.
- Indagar qué hábitos han de ir adquiriendo la organización en su conjunto y los miembros que la componen para incorporar esos valores e ir forjándose un carácter que les permita deliberar y tomar decisiones acertadas en relación con la meta.
- Discernir qué relación debe existir con las distintas actividades y organizaciones, como también entre los bienes internos y externos a ellas.
En esta parte del texto, Adela Cortina indica que las empresas hacen parte de la estructura social de una sociedad, lo que significa que las mismas deben encarnar y reflejar los valores propios de tal comunidad con el fin de encaminar sus acciones en relación a estos. Actualmente la gran mayoría tiene sistemas políticos democráticos, los cuales acentúan valores como libertad, dignidad, igualdad, justicia, solidaridad y fraternidad. Dichos valores no deben ser negados por la empresa ni en sus fines, ni acciones. Respecto a las cuestiones del mundo económico y del mundo empresarial se ven englobadas a una ética social, sin embargo la autora apela que sea a una ética civica. Esta última se constituye y consolida en la ética de mínimos que define Adela Cortina como los valores comunes que comparte una sociedad moderna para lograr tener una convivencia justa y tolerante. Así se va construyendo una sociedad pluralista, la cual es definida por Cortina como “aquella en la que conviven personas y grupos que se proponen distintas éticas de máximos, de modo que ninguno de ellos puede imponer a los demás sus ideales de felicidad, sino que, a lo sumo, les invita a compartirlos a través del diálogo y el testimonio” (p.34). En este sentido, tanto el pluralismo, como los derechos humanos configuran el caudal de la ética civica en las sociedades democráticas, es en este punto donde la autora afirma que las instituciones y organizaciones deben asumir, defender y proteger dichos valores democráticos y actuar conforme a este marco ético-político, puesto que la meta de la actividad empresarial debe ser la satisfacción de las necesidades humanas a través de su capital y del desarrollo de las capacidades de sus colaboradores mediante la promoción de dichos valores y de un modelo de ética cívica. Igualmente, la filósofa Adela Cortina expresa que no es posible una ética cívica sin una ética empresarial, puesto que si se quiere transformar la sociedad para que sea moralmente apta, es indispensable que la organización tenga responsabilidad social y moral en sus acciones y actividades económicas. Asimismo, que las personas que se vinculan a la empresa adquieran y asuman dicha ética empresarial, dado que esto le permitirá acceder a los bienes internos de la misma.
En este capítulo tercero Adela Cortina expone la influencia del capitalismo y su ética basada en la racionalidad netamente económica, instrumental y utilitaria. Pues es en este marco donde surge la empresa moderna. En este apartado la filósofa ofrece dos conceptos importantes:
- La ética económica: se refiere al campo en general de las relaciones sobre economía y ética, o bien específicamente a la reflexión ética sobre los sistemas económicos, en la que tienen actualmente un especial interés las reflexiones sobre la ética del capitalismo.
- La ética empresarial o de los negocios: se centra principalmente en la concepción de la empresa como una organización económica y como una institución social; es decir, como un tipo de organización que desarrolla una peculiar actividad y en la que resulta fundamental la función directiva y el proceso de toma de decisiones.
Cabe aclarar que la ética económica es el marco en el que se sitúa a la ética de la empresa. En este sentido, es el capitalismo el modelo que se convierte en el principio básico de organización de toda la economía, impulsando la modernización, la producción en masa y la liberalización tanto de mercados como de acciones de la empresa, donde sus fines se vieron trasladados a propósitos meramente de consumo y financieros. Del mismo modo, el capitalismo también permeó las relaciones sociales, puesto que fomenta una racionalidad económica-social moderna, alejada de la regulación ética de las relaciones personales. Así las cosas de gesta una sociedad occidental fragmentada, que pareciera que prescindiera de todo marco ético para llevar a cabo las actividades económicas de las organizaciones.
Finalmente, en este capítulo la autora puntualiza que hay un reto para la ética de los negocios o la ética empresarial, pues se debe buscar una forma de vivir con un sentido comunidad moral desde una perspectiva moderna, para ello es necesario un nuevo sentido de empresa que fomente tanto una ética empresarial, como una ética cívica, donde primen los valores de solidaridad, cooperación y justicia.
Por otra parte en el capítulo 4, Adela Cortina presenta el proceso que se dio para el surgimiento de la ética empresarial, por qué nace la ética empresarial, qué es y cuáles son sus funciones y características, asimismo los diversos modelos que subyacen de esta. De igual modo, la filósofa menciona que fue en los años 70´s donde se empieza hablar del tema de la ética en los negocios tanto en Estados Unidos, como en Europa, ya que se empiezan a dar cátedras universitarias y conferencias sobre esta rama de la ética aplicada.
Mientras que en el capítulo 5, la autora establece los lineamientos y parámetros de conducta y acción esperados que deberían tener los funcionarios y directivos de una empresa, principalmente centrándose en el comportamiento ético del directivo. Por último en el capítulo 6, cortina expone y muestra un modelo específico que servirá como herramienta de asesoría ética a las empresas. Con relación a esto, se empieza a entender que las empresas tienen que afrontar ciertas responsabilidades a la hora de la toma de decisiones corporativas, no solo buscando un beneficio económico sino social, con el objetivo de cambiar l imaginario que se tenía sobre las organizaciones, como establecimientos conformados por personas sin escrúpulos y codiciosos, a pasar a considerarla como una institución socioeconómica que tiene una seria responsabilidad moral con la sociedad.
Mientras que en el capítulo 5, la autora establece los lineamientos y parámetros de conducta y acción esperados que deberían tener los funcionarios y directivos de una empresa, principalmente centrándose en el comportamiento ético del directivo. Por último en el capítulo 6, cortina expone y muestra un modelo específico que servirá como herramienta de asesoría ética a las empresas.