Autor del artÃculo: Corinna Acosta
Fecha de publicación: 29 diciembre 2020
Dirección web: https://www.expoknews.com/el-arte-y-la-cultura-en-peligro-por-la-pandemia/
Palabras clave: Arte, cultura, esfuerzos de recuperación, UNESCO
La UNESCO pide estrategias y medidas especÃficas para ayudar al sector cultural a sobrevivir a esta crisis. El sector cultural, que emplea a más de 30 millones de personas en todo el mundo, se ha visto más afectado de lo esperado por la propagación generalizada de COVID-19 y sus consecuencias, según las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Pidió la implementación de procedimientos y medidas especiales que lo ayudarÃan a superar la crisis. El sector, que representa 30 millones de puestos de trabajo, está luchando por sobrevivir y necesita nuestra ayuda. La cultura nos ha ayudado a salir de las crisis.
(Acosta C. , 2020) considera que ahora tenemos que apoyar la cultura y apoyar la diversidad donde se cultiva. No solo el sector se ha afectado a sà mismo, sino que la gente también ha perdido el acceso a los encuentros culturales.
En Centroamérica, la cultura, las artes y las industrias creativas se han visto algo afectadas por las medidas sanitarias que los gobiernos se ven obligados a implementar. Con la retirada de todos los museos, teatros, bibliotecas, mercados, parques y turistas, asà como el limitado movimiento de personas, la crisis ha dañado gravemente la vida cultural de los paÃses centroamericanos y la industria turÃstica.
El desafÃo financiero se refleja en el hecho de que muchos trabajadores y artistas culturales han perdido su fuente de ingresos. Además, el cese de todas las actividades genera problemas, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, que son el pilar de estos sectores. Son partes.
En Costa Rica, por ejemplo, el Ministerio de Cultura y Juventud realizó una encuesta en lÃnea a fines de marzo para recopilar información sobre los efectos de las enfermedades en el sector cultural. Los resultados son alarmantes: el ministerio estima que 12,3 de cada 12 trabajadores viven en extrema pobreza, lo que los coloca especialmente vulnerables a los efectos de la enfermedad.
Según el estudio, las principales preocupaciones económicas de la fuerza laboral cultural y artÃstica son: pérdida de ingresos por cancelación (22%), incapacidad para cumplir con las obligaciones de servicio público o gubernamental (16%), pérdida de empleo (12%) y fracaso para hacer frente a la deuda y las obligaciones del gobierno. Pagos de préstamos (9%).
Estas cifras han ayudado al gobierno y a los formuladores de polÃticas a crear un mapa claro del sector en múltiples niveles que son en gran parte informales. Los resultados mostraron que la crisis actual está presionando a varias personas de la industria cultural, donde la mayorÃa son trabajadores jóvenes con ingresos relativamente bajos e inestables. Costa Rica ha tomado una serie de medidas para ayudar al sector.
No obstante, muchos trabajadores creativos de toda la región mantienen una actitud positiva y participan activamente en actividades en lÃnea para transferir digitalmente su creatividad y conectarse con el resto de la comunidad. Los gobiernos también están tratando de ayudar desde el nivel organizativo, buscando mejores soluciones para el acceso a la cultura y la información pública, y ampliando la asistencia social a los artistas y trabajadores informales del sector cultural.
En varios paÃses el Ministerio de Cultura lanzó el programa #MiCulturaEnCasa, que entrega contenido cultural a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Además, el Ministerio expresó su apoyo a los grupos profesionales de las artes y la cultura afectados por la crisis, y aseguró que estas personas y sus familias tuvieran acceso a alimentos, medicinas y servicios básicos como agua, electricidad, Servicios de aseo e internet.
El cólera también ha afectado el patrimonio vital de todas las comunidades de la región. Por ejemplo, el retraso de la Semana Santa y las grandes y pequeñas ceremonias religiosas de actividades tradicionales, no solo causan daños económicos, sino que también afectan la cohesión social y las identidades culturales entre estas comunidades. Los refugiados son particularmente vulnerables a la falta de respeto a sus derechos culturales y al acceso a los recursos públicos en tiempos de crisis.
